M42 es quizás el objeto de cielo profundo más popular de todo el firmamento, y es que con su magnitud aparente de 4.0 y amplitud angular de 60' (el doble que el de la Luna llena), la Gran Nebulosa de Orión es visible a simple vista desde cielos como una manchita borrosa. Curiosamente, no fue sino hasta el siglo XVII que M42 apareció en los registros astronómicos como la nebulosa que es. Se ha sugerido que la ausencia de reportes de nebulosidad en la zona donde se ubica M42 indicaría que la nebulosa brillante que observamos ahora sería consecuencia de una fulguración de las estrellas que la iluminan. Sin embargo, esta hipótesis no ha podido comprobarse.
Lo que sí es cierto es que ahora, siglo XXI, M42 es uno de los objetos más observados y fotografiados del cielo nocturno, y es que su brillo y tamaño aparente superan, con mucho, la mayoría de los objetos de los catálogo Messier y NGC, lo que lo convierten en un objetivo perfecto para inducir en las personas esa curiosidad y fascinación características que sólo te puede brindar la astronomía.
En cuanto a su naturaleza, M42 es una nebulosa de emisión (como M8, M17 o M20) ubicada en la constelación de Orión a sólo una distancia de 1350 años luz, lo que la convierten en la región de formación estelar masiva más cercana a la Tierra. Encontrar a M42 en el firmamento es bastante sencillo, ya que se ubica a sólo 4°15' al sur de la estrella central de las "Tres Marías", un trío de estrellas brillantes blanco-azuladas que están casi perfectamente alineadas en el cielo. Para facilitar aún más su ubicación, 30' al sur de M42 se encuentra la estrella Hatysa, que con su magnitud aparente de 2.75, es visible a simple vista incluso desde cielos nocturnos altamente iluminados como los de la ciudad de Lima. Además de M42, sólo 30' al norte de la nebulosa se halla la nebulosa de reflexión NGC 1977, cuya magnitud aparente es 7.0, por lo que no suele ser posible observar esta nebulosa junto a M42 con telescopios de apertura moderada a inferior.
Al igual que M41, M42 es de los pocos objetos de cielo profundo que ya observaba antes de adquirir mi segundo telescopio con el que realizo mis dibujos. En mis primeros años de observación astronómica (2010-2012), con mi telescopio refractor Shilba de 60 mm de apertura otorgado por mis padres como regalo de cumpleaños, no tenía mucha experiencia observando este tipo de objetos, ni tampoco tenía los softwares que hoy me facilitan enormemente la ubicación de los objetos que deseo observar. En ese entonces, dependía por completo de los mapas estelares de un libro que me obsequió mi querida mamá, los cuales no proporcionaban la ubicación exacta de los objetos por obvias razones. No es de sorprender entonces que no encontrara a la nebulosa de Orión en mis primeros intentos, por más que me pasara horas y horas todas las noches tratando de identificar el más mínimo rastro de nebulosidad.
Se me ocurrió entonces identificar la región donde debía ubicarse la nebulosa usando las estrellas circundantes más brillantes que aparecían en las fotografías de mis libros. El método funcionó; después de muchísimas noches de caza, finalmente llegué a la región donde debía ubicarse M42, pero para mi sorpresa, de la nebulosa, ni rastro. Desconcertado, me pregunté si las luminarias de mi ciudad de residencia (Lima) eran lo suficientemente potentes como para hacer desaparecer a la nebulosa por completo. También pensé que, quizás, este tipo de objetos sólo eran visibles con telescopios gigantes. Sin embargo, tras estar pegado al ocular por más de 30 minutos, finalmente empecé a ver los primeros rastros de nebulosidad de la zona más brillante de M42, bastante tenues, pero ahí estaban. Finalmente, había cazado a MI PRIMER OBJETO DE ESPACIO PROFUNDO: LA GRAN NEBULOSA DE ORIÓN.
Así, ya sabiendo dónde se ubicaba, regresé a M42 muchísimas veces más, y es que era todo un deleite para mí en ese entonces ver esa manchita irregular donde estaban naciendo estrellas como las pocas que se ven desde un cielo urbano. Ya con mi segundo telescopio, de 114 mm de apertura, logré ver más detalles de la nebulosa.
El 26 de Febrero del 2019, finalmente me dispuse a dibujar a M42. Sin la presencia de la Luna, y en una noche relativamente buena (considerando que vivo en la ciudad de Lima), con 28.125 aumentos, esta era vista que tenía de M42 en el campo del ocular:
Vista directamente, sólo se logra observar la zona más brillante de la nebulosa con forma romboide que rodea al cuarteto de estrellas que se observan en el centro del campo ocular, conocido como el Trapecio. Las estrellas de este asterismo son las principales responsables de la alta luminosidad de la nebulosa, lo cual se debe principalmente a sus masas (15 a 30 masas solares) y juventud. De hecho, los fósiles de los primeros homínidos de los que se tiene registro son 10 veces más antiguos que estas estrellas, cuya edad ha sido estimado en unos 300000 años.
Vista indirectamente, la nebulosa alcanza una gran extensión en el campo ocular, comparable al de la Luna en cuarto menguante, pero es muy difícil discernir sus bordes, ya que la vista desviada reduce considerablemente la nitidez de los objetos en el centro del campo ocular. Por lo tanto, la forma de M42 que se muestra en el dibujo es sólo una estimación basada, digamos, "en mi instinto de observador".
En lo que respecta a las estrellas circundantes, éstas abundan en todo el campo ocular. Destaca notablemente la estrella más brillante que se muestra en el dibujo (abajo a la derecha de M42), la cual no es más que la estrella Hatysa mencionada al inicio de la presente entrada. También destacan las dos estrellas brillantes opuestas a Hatysa con respecto a M42, las cuales se ubican en la misma zona del cielo que NGC 1977, pero que no pertenecen a esta nebulosa de reflexión.
Como habrá notado el lector, la vista de M42 con bajos aumentos es hermosa, incluso desde cielos urbanos. Pero, ¿y qué tal con altos aumentos? Pues, si bien una gran porción de la nebulosa desaparece, esto no desmerece en lo absoluto la vista que ahora se tiene de la nebulosa:
El dibujo lo realicé la noche sin Luna del 31 de Octubre del 2019, bajo condiciones del cielo limeño relativamente buenas. Con 225 aumentos y con la vista desviada, sólo se logra observar la región más brillante de M42 que rodea al cúmulo del Trapecio como una mancha tenue con forma de corazón pero con límites bastante bien definidos para ser un objeto nebuloso. Conforme mi vista se va adaptando mejor a la oscuridad, irregularidades de tono al interior de la nebulosa se vuelven visibles, lo que aumenta aún más la emoción de estar observando este nido de estrellas.
El último dibujo que presentaré de M42 en esta ya larga entrada, será la que quizás más cautive al lector. Lo realicé la noche sin Luna del 28 de Diciembre del 2019, bajo un cielo limeño anormalmente oscuro (solo superado por los Cielos de Pandemia, revisar en HISTORIAS) y ya contando con mi filtro de contaminación luminosa UHC. El dibujo lo realicé con 150 aumentos, y me demoró 1 hora y media delinear únicamente el bosquejo:
De más está decir que la vista de M42 aquel día era espectacular. Con la vista desviada, se observaba por supuesto la región más brillante de la nebulosa con su característica forma romboide, aunque aparentaba oscurecerse un poco cerca al cúmulo del Trapecio. De la región central, partían "tres grupos" de nebulosidad. El más extenso, con dirección arriba a la derecha, era el que mejor se mezclaba con la región central, mientras que sus bordes externos eran extremadamente difusos. Por otro lado, el grupo situado abajo a la derecha aparentaba estar desprendido de la región central, y era también el más deforme y el que presentaba más irregularidades en su interior. Finalmente, el grupo situado abajo a la izquierda era el más tenue y difuso de los tres, requiriendo de muchísimo esfuerzo la observación de sus fronteras. Este último grupo se extendía hacia las profundidades del espacio interestelar, como si de una especie de brazo de tratara.
Como si lo anterior no hubiera sido suficiente regalo, cuando ya estaba a punto de retirar mi vista del telescopio, logré notar una última mancha extremadamente difusa y ovalada alrededor de la estrella más brillante del campo ocular, por lo que procedí a añadirla en mi bosquejo. Esa mancha es M43, también conocida como la Nebulosa de Mairan.
M43 no es una nebulosa aislada, sino que también forma parte de la Gran Nebulosa de Orión, sólo que aparenta estar aislada porque, vista desde la Tierra, una nebulosa oscura ubicada entre la nebulosa de Orión y la Tierra impide que podamos ver a este sistema en su totalidad. En el caso de M43, su ionización se debe principalmente a la estrella triple HD 37061, la cual es precisamente la estrella rodeada por M43 en el último dibujo.
Ya para terminar, me gustaría finalizar con la mejor fotografía que pude obtener de este mágico destino que es la Nebulosa de Orión, tomada desde la ciudad de Lima el 7 de Diciembre del 2018.
Por supuesto que en la fotografía he extraído el brillo de fondo del cielo, para poder resaltar mejor las regiones de la nebulosa que la cámara llegó a captar.
Espero sinceramente que la presente entrada haya sido motivadora para el lector, y que refleje muy bien la misión del presente blog: demostrar que hacer astronomía desde cielos urbanos y con un equipo modesto sí es posible.