Debido a sus diminutas dimensiones en comparación con la de los planetas, con un telescopio de apertura media, todos los asteroides del Sistema Solar son completamente indistinguibles de las estrellas de firmamento. Por ejemplo, la siguiente fotografía (tomada el 14 de Febrero del 2021) muestra al asteroide Vesta, el cual es el tercer cuerpo celeste más voluminoso del cinturón de asteroides al poseer un diámetro principal de 530 km, y también el más brillante en el firmamento de todos los cuerpos menores del Sistema Solar, con una magnitud aparente máxima de 5.7.
No se ve más que un punto, ¿verdad? La única forma de distinguir a los asteroides de las estrellas de fondo es observarlos durante un tiempo muy prolongado, que puede varias desde algunas horas hasta varios días. Como los asteroides pertenecen a nuestro Sistema Solar, poco a poco su movimiento de traslación y el de la Tierra hacen que su posición en el cielo varíe, revelándose así su naturaleza no estelar.