El Sol es la única estrella de nuestro Sistema Solar, y también la única estrella en todo el firmamento que puede verse más que un simple punto tanto a simple vista como los telescopios de nivel aficionado más potentes, por lo que su observación siempre resulta de interés para todo astrónomo aficionado.
El Sol es la única estrella en todo el firmamento que puede ver más que un simple punto tanto a simple vista como con los telescopios de nivel aficionado más potentes, por lo que su observación siempre resulta de interés para el astrónomo aficionado. Sin embargo, por más experiencia que tenga el astrónomo aficionado en la observación de objetos del cielo nocturno, esto no garantizará que la observación del Sol sea pan comido. Y es que observar y fotografiar al Sol es muy diferente a realizar las mismas actividades pero con objetos de cielo nocturno por las siguientes razones:
El Sol es la única estrella en todo el firmamento que puede ver más que un simple punto tanto a simple vista como con los telescopios de nivel aficionado más potentes, por lo que su observación siempre resulta de interés para el astrónomo aficionado. Sin embargo, por más experiencia que tenga el astrónomo aficionado en la observación de objetos del cielo nocturno, esto no garantizará que la observación del Sol sea pan comido. Y es que observar y fotografiar al Sol es muy diferente a realizar las mismas actividades pero con objetos de cielo nocturno por las siguientes razones:
- La mayor dificultad de observar y fotografiar objetos de cielo profundo es el escaso brillo de los mismos. En el caso del Sol, es todo lo contrario, ya que el Sol irradia tanta luz que su observación requiere de filtros certificados. Por ejemplo: filtros Mylar o H-Alpha.
- Todos los planetas del sistema solar se ven diminutos al telescopio (máximo 1' de arco), lo que supone una desventaja considerable si lo que se desea es observar detalles en sus superficies. En el caso del Sol, es todo lo contrario, ya que su tamaño aparente siempre es superior a los 28' de arco.
- Enfocar (ya sea con la vista o con una cámara) la Luna y los planetas resulta relativamente sencillo por los altos niveles de contrastes en sus superficies, mientras que en Sol, si no hay manchas solares, esta actividad puede ser extremadamente difícil.
- Mientras que para los objetos de cielo nocturno su ubicación y hora ideales de observación son cerca al cenit y en horas tardías de la noche, respectivamente, en el Sol la misma lógica no se aplica, ya que el Sol mismo es una fuente importante de turbulencias atmosféricas, las cuales ocasionan indeseables imágenes "temblorosas" del Sol. El horario ideal para observar es 08:00 - 10:00 am; esto es, cuando no está muy alto en el cielo.
- Debido a que el Sol es fuente importante de turbulencias, su observación rara vez resulta nítida, en contraste con los objetos del cielo nocturno.
- Si en una noche de observación particular está haciendo mucho frío, uno puede simplemente abrigarse más, pero con el Sol no aplica la lógica inversa. Observar el Sol, especialmente durante días de verano, puede ser muy, muy agotador, tanto para el astrónomo aficionado como para los instrumentos que usa.
- Para obtener las mejores imágenes posibles del Sol, es importante alejarse de cualquier objeto que refleje cantidades considerables de calor de vuelta hacia la atmósfera. Por ejemplo: calaminas de aluminio, cemento expuesto al Sol todo el día, etc. Este mismo consejo no aplica a objetos del cielo nocturno.
Habiendo esclarecido todo lo anterior, menciono a continuación los detalles del Sol que pueden verse con un telescopio de 114 mm de apertura y un filtro solar óptico:
1.- Manchas solares
Con 28.125 aumentos, las manchas solares se ven como objetos oscuros casi puntuales. Con 150 o 225 aumentos, se logran distinguir la umbra (zona más oscura) y la penumbra de las manchas solares, así como algunas estructuras internas con forma de puente, tal como lo muestra la siguiente fotografía para la mancha solar más grande de la AR 3115 del Ciclo Solar 25:
Durante días de baja turbulencia atmosférica también se pueden observar manchas solares casi puntuales llamadas poros, los cuales son muy abundantes en regiones activas bastante amplias, tal como lo ilustra la siguiente fotografía:
Algunas manchas solares pueden llegar a ser bastante prominentes. Por ejemplo: la AR 3190 del Ciclo Solar 25 fue tan grande que podía verse a simple vista con un filtro solar. Físicamente, la mancha solar era tan grande como el planeta Neptuno, en cuyo diámetro caben 4 planetas Tierras en fila.
Las fáculas son regiones de la fotósfera solar (parte de la atmósfera solar visible a simple vista) con un brillo ligeramente superior al resto de la fotósfera, por lo que su observación siempre es más fácil cuando se ubican en las regiones visualmente más oscuras de la fotósfera: el limbo o borde solar, tal como lo ilustra la siguiente fotografía:
Debido a su naturaleza más dispersa (o menos puntual) que la de las manchas solares, las fáculas se ven mejor con bajos aumentos (por ejemplo: 28.125), ya que a altos aumentos resulta muy difícil discernirlas del resto de la fotósfera solar.
3.- Granulación
La granulación solar sólo es visible durante días con niveles de turbulencia atmosférica excepcionalmente bajos. Días como estos son extremadamente raros en ciudades costeras como la ciudad de Lima (mi lugar de observación habitual), por lo que observar la granulación solar no es una tarea para nada sencilla. Eso sí, debido a un tema de contrastes, la granulación solar se observa mejor con bajos aumentos, a pesar de que el tamaño promedio de las celdas de granulación es de sólo 1" de arco.