El ávido lector habrá notado que en el catálogo Messier, desde M2 hasta M48, sólo M31 y M32 son objetos extra-galácticos. Con M49 se rompe esta negativa racha otra vez, al presentarnos una galaxia elíptica gigante del Cúmulo de Virgo, un conglomerado de 1300 galaxias distribuidas en su mayoría en la constelación de Virgo.
La magnitud aparente de M49 (8.4) es inferior a la mayoría de objetos Messier que se han introducido hasta el momento (M2-M48). Sin embargo, que esto no engañe al lector. ¡M49 dista de nosotros 56 millones de años luz! Por lo tanto, su brillo real es muy superior al brillo de cualquier objeto Messier que se ha revisado hasta la presente entrada. En efecto, no existe galaxia más brillante que M49 que esté más cerca de la Vía Láctea.
A pesar de que M49 es la galaxia con mayor brillo aparente del cúmulo de Virgo, lamentablemente, las luminarias de la ciudad de Lima son lo suficientemente intensas para invisibilizarla por completo si el observador cuenta con un telescopio de sólo 114 mm de apertura. Quizás, con un telescopio de 150 mm, el lector pueda ver al menos el núcleo de M49. Lo de la imposibilidad de ver a M49 desde la ciudad lo digo no como comentario de terceros, sino como anécdota personal, ya que yo mismo, después de adquirir mi telescopio de 114 mm de apertura, intenté cazar a todas las galaxias del cúmulo de Virgo desde la ciudad de Lima, sin éxito.
Sin embargo, en el año 2020, el mundo se vio sacudido por una catástrofe sanitaria: la pandemia del Covid-19. En mi país, Perú, las restricciones durante las primeras semanas después de la detección del primer caso Covid fueron extremadamente estrictas, a tal punto que vehículos particulares no estaban permitidos de circular por avenidas ni calles. Esto, sin querer, se tradujo en cielos más limpios, los cuales durante la noche resplandecían no por las luces de la ciudad, sino por esas estrellas que la ciudad ya se había olvidado de su existencia (ver Cielos de Pandemia en la sección HISTORIAS para más información).
Así, durante una de las noches sin Luna más oscuras de la pandemia, el 17 de Abril del 2020, decidí intentar cazar otra vez a M49, con el mismo telescopio de 114 mm de apertura a 150 aumentos. Para mi sorpresa, el núcleo galáctico ahora se veía sin problemas, y casi saltando de emoción, decidí plasmarla en un dibujo:
Conforme voy adaptando mi vista a la oscuridad, la superficie grisácea que rodea al núcleo galáctico se va expandiendo, hasta que finalmente, con la vista desviada, alcanza las dimensiones que se muestran en el dibujo. El núcleo se ve borroso pero claramente más brillante que el resto de la galaxia, de la cual se distingue su forma ovalada, pero los bordes, como suele ser usual en este tipo de objetos, son algo difusos. Por supuesto que, para un observador desinteresado, el dibujo no muestra más que una manchita. Pero para los amantes de la astronomía, observar esa manchita es equivalente a viajar hacia atrás en el tiempo 56 millones de años, ni que mencionar del hecho de estar observando una isla de miles de millones de estrellas flotando en el Universo, tal como nuestra propia isla.
Como es usual, una imagen del Telescopio Espacial Hubble muestra a M49 en todo su esplendor: