En contra de todo pronóstico, en Junio del 2024 tuve la grandiosa oportunidad de regresar a Teresa Conga, Celendín, Cajamarca, Perú (sí, el mismo lugar con cielos oscuros que fue sede de mis observaciones del año 2022) junto con casi todo mi equipo astronómico. De verdad, pensaba que mi visita del 2022 sería la única, pero una serie de proyectos que me faltaban por completar y la inestable situación geopolítica mundial hicieron que mi viaje al extranjero no ocurriera tan rápido como tenía planeado, así que tuve que quedarme en mi país de origen más tiempo del que había planeado.
Tuve mi primera sesión astronómica la noche del 27 de Junio del 2024. Luego de observar NGC 3372 - La Nebulosa de Carina, decidí continuar con las galaxias Messier de la constelación de Leo ya que estaban muy próximas a ser ocultadas por un cerro en el Oeste. Me refiero, en específico, a las galaxias M65, M66, M95, M96 y M105. Ya hace varios años había intentado cazar estas galaxias desde la ciudad de Lima (capital de Perú), sin éxito. Sabiendo que corría contra el tiempo, me apresuré entonces a apuntar mi telescopio a la zona donde debían encontrarse el primer par de galaxias M65 y M66, la cual es muy fácil de localizar pues están sólo a unos grados de distancia de estrellas principales de la constelación de Leo. Tal fue mi prisa que hice un dibujo de ambas galaxias en el mismo campo ocular con sólo 28.125 aumentos, en vez de proceder a forzar los aumentos con ambas galaxias e investigar si así ofrecían más detalles.
Ambas galaxias se veían muy tenues y difusas, pero sus núcleos eran bastante puntuales; casi se podría decir que eran galaxias gemelas por su notable similitud. Vale la pena mencionar que el lector no debe esperar a que los dibujos que hice desde Teresa Conga en el año 2024 sean muy precisos, ya que dibujar estos objetos desde cielos oscuros con precisión me requeriría tanto tiempo que me imposibilitaría enormemente dibujar otros objetos que podrían ser igual o más interesantes. Sin embargo, sí puedo confirmar que los dibujos son más precisos que los del 2022, lo cual se puede deducir fácilmente comparando los intervalos de tiempo que me demoraron hacer los dibujos de estos años. También debo aclarar que, por imprecisiones, me refiero a poca exactitud en la ubicación de las estrellas, así como el no dibujar estrellas muy débiles. Eso sí, la apariencia de los objetos de cielo profundo sí lo he tratado de representar lo más fiel posible a lo que ví a través del telescopio, a diferencia de lo que hice en el año 2022.
Contrario a lo que había visto hace sólo dos días, esta vez con 150 aumentos el núcleo de la galaxia es apenas perceptible. El único plus fue que la galaxia se veía más extensa, a pesar de que los aumentos deberían haber disminuido su brillo superficial óptico considerablemente. Pocas estrellas rodeaban a M65, todas ellas débiles. Después de varios minutos dibujando y anotando detalles, logré notar la forma ovalada de M65, aunque en ese entonces no estaba seguro de si la dirección del eje mayor era correcta.