¡Ah, que gusto me da escribir estas líneas! Y es que el objeto protagonista de esta entrada me hace volver 9 años en el pasado, cuando mis técnicas de dibujo y observación astronómica eran todavía muy básicas. Ni siquiera había desarrollado la plantilla del reporte de observación que he compartido en mi blog; es decir, sí tenía una hoja de reporte, pero ésta era bastante rústica, resultado de mi inexperiencia en el campo.
El protagonista de la presente entrada no es un objeto de cielo profundo; de hecho, pertenece a nuestro Sistema Solar. Para ser más específico, se trata de un cometa, conocido como C/2014 Q2 (Lovejoy).
Recuerdo que días antes del inicio del año 2015 la comunidad astronómica estaba muy emocionada porque el cometa C/2014 Q2 (Lovejoy) estaba siendo lo suficientemente brillante como para ser accesible para la mayoría de astrónomos amateurs del planeta, independientemente de su equipo. Lamentablemente, por mayoría, me refiero a aquellos astrónomos aficionados que contaban al menos con un telescopio pequeño y cielos oscuros o semi-oscuros. Yo no contaba con esto último; vivía en la bulliciosa ciudad de Lima, la capital de Perú, con casi un tercio de la población del país.
Siendo consciente de esta limitaciones, simplemente me convencí de que el cometa no sería lo suficientemente brillante como para observarlo desde Lima. Algo completamente lógico, pues ya antes había intentado observar varios objetos de cielo profundo desde la ciudad, sin éxito.
Sin embargo, ocurrió algo el día de año nuevo que cambió mi mentalidad: leí en una publicación del instituto geofísico de mi país que uno de sus trabajadores había podido cazar el cometa desde la ciudad de Lima usando sólo unos binoculares. Al leer esto, pensé: "Si ya es visible, entonces con más razón con un telescopio", y es que para esos años ya contaba con mi telescopio Celestron Powerseeker 114eq, aunque aún faltarían varios años para adquirir mis oculares de gamma media que tan útiles me han sido en la realización de mis dibujos y la obtención de imágenes planetarias de alta resolución.
Decidí entonces cazar al cometa el día siguiente, apoyado por las coordenadas proporcionadas por Stellarium. Para mi sorpresa, todo el tiempo que el cometa estuvo visible la noche del 2 de Enero del 2015, no lo pude cazar, quizás porque el cielo todavía estaba contaminado por los pirotécnicos de la víspera de año nuevo. Por supuesto que estaba muy decepcionado y desalentado, pero decidí intentarlo una vez más al día siguiente, sobretodo porque ese día el cometa iba a estar cerca de dos estrellas medianamente brillantes. ¡Y vaya que fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida!
¡FINALMENTE PUDE CAZAR MI PRIMER COMETA! Con 45 aumentos y con la vista desviada, esta fue la magnífica vista que tuve de C/2014 Q2 (Lovejoy) en el campo ocular (redibujado del bosquejo original):
Las dos estrellas que se muestran ahí fueron las dos estrellas que me sirvieron de referencia para encontrar al cometa. Justo en el momento de observación, el cometa estaba visualmente muy cerca de una de ellas. En cuanto al cometa, éste se veía muy pálido y gris, con forma algo irregular pero extenso. Como se esperaría de un cometa, el núcleo era más brillante que el resto de la cabellera, pero era tan difuso que se mezclaba muy bien con ésta última.
Una vez acabé mi dibujo, una gran sensación de gratitud me invadió. Estaba muy feliz, y al mismo tiempo, conmocionado. Siempre había querido observar un cometa. Me invadía la curiosidad el saber cómo lucían para nuestros ojos. ¿Vería colores? ¿Son muy pequeños o muy grandes? Todas estas preguntas habían sido finalmente respondidas.
Me gustaría hacer un apartado aquí. El ávido lector sabrá que en la mayoría de las entradas de mi blog los protagonistas de las historias son objetos del catálogo Messier. Pero, ¿por qué fue inventado el catálogo Messier? Bueno, es bastante sencillo. El astrónomo francés Charles Messier quería convertirse en un reconocido descubridor de cometas. Para evitar confundirlos con objetos de cielo profundo, a Messier se le ocurrió registrar en una lista a todos estos objetos, los cuales por su naturaleza interestelar, se los podía considerar como perfectamente estáticos en el firmamento. Así, cualquier objeto que no perteneciera al catálogo, se convertía en un fuerte candidato a ser un cometa. Así nació el catálogo Messier.
¿Suena bastante lógico, verdad? Sin embargo, yo siempre había tenido esta inquietud respecto a la creación del catálogo: ¿cómo podían Messier y otros astrónomos de la época confundir un cometa con una galaxia, una nebulosa o un cúmulo globular? Después de todo, estos objetos lucen completamente diferentes en fotografías. No debería haber habido lugar a confusiones.
Esta inquietud fue finalmente resuelta la noche que observé C/2014 Q2 (Lovejoy). Invito al lector a comparar el dibujo que hice de este cometa con los dibujos de varios objetos de cielo profundo que he compartido en mi blog. ¿Nota que, para nuestros limitados ojos humanos, los cometas, galaxias, nebulosas y cúmulos globulares se ven muy similares? ¡No es sorpresa entonces que Messier se haya visto obligado a elaborar el catálogo! Si no lo hubiera hecho, se habría topado con cometas por todos lados, cuando su verdadera naturaleza habría sido interestelar o intergaláctica. Difícilmente se habría topado con un cometa verdadero así.
Finalmente, una imagen real nos muestra al cometa en todo su esplendor:
Fotografía de C/2014 Q2 (Lovejoy) tomada por su descubridor Terry Lovejoy.
Se trata de un cometa de periodo largo con un periodo orbital de 11000 años, cuya distancia al astro rey en su punto más alejado es 995 veces la distancia Sol-Tierra; esto es, unos 149 mil millones de kilómetros. ¡Qué minúsculos y efímeros somos, incluso en nuestro vecindario planetario!